las cosas que perdimos en el fuego

¿te lo he contado alguna vez? Seguro que sí. Siempre acabo contando lo mismo: yo me subí al Banco de España, hace tres años. Era un mayo como este, y todavía trabajábamos en otra cosa. No teníamos rutina, ni tú, ni yo, ni él, como ahora pero con más pasta y con una idea de futuro, muy raro, muy raro que casi ni nos acordemos. Te hablo de una época en la que nos comíamos las flores que nos regalaban, y tomábamos copas porque sí. Ese día subí al banco de España, acompañada por uno  que se cameló al portero, tendrías que habernos visto, hace tres años alternábamos las cervezas con el café solo, así íbamos, aún no se nos iban para atrás los ojos hasta quedarse blancos, como cuando los japoneses hacen seppuku. Subimos hasta el final de trayecto del ascensor, y él me agarró del brazo porque yo tenía vértigo, vi toda la ciudad, pequeña y marrón, y después bajamos lentamente, dilatando el momento, hasta que no pudimos más y creo que se echó a llover, no me acuerdo, hay muchas cosas de las que me he olvidado porque pasaban demasiadas.

Otro día fuimos a esa cafetería, esa de ahí, y pedimos todas las bebidas de la carta y después bailamos entre las mesas. Un margarita a las doce del mediodía. Y luego un bolero. Un pacharán. Y luego Los Panchos. Y la una y las dos y las tres de la tarde. Y así hasta que no vimos nada de lo que había alrededor. En ese momento podíamos elegir y lo queríamos todo. Así nos fue, claro.

También subimos a ese barco oxidado, el del fondo, y miramos como se iban los turistas del puerto, esas cosas hacíamos, como adolescentes, como tontos, como enamorados, aunque no lo estábamos, o sí, no sé, no te sabría decir. Cruzamos el puente, olía a higuera, a sardinas, a todas esas cosas a las que huele cuando uno está bien, o está enfermo, o al menos no está muerto porque las cosas huelen. Así éramos, así nos iba. Hoy durante un momento me he acordado de todo aquel vocabulario que perdimos, los vasos de cristal a mediodía, el jazmín, las tardes sin hacer nada y sin culpa, solo viviendo. No me hagas hablar de lo de después. De lo otro no quiero hablar.

2 pensamientos en “las cosas que perdimos en el fuego

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s