aquella noche en aquella casa. aquel momento.
el niño ya aprende sobre lo público y lo privado. “algo es público cuando…?”
aquella noche, todos enfermos de tanta palabra, tanto cruce. una crisis nerviosa, ella volviendo de entre los muertos, con sus dientes afilados en mi mirada, él vomitando verdades privadas ante mi rostro inerte.
“¿cuando algo es público, mamá?”
él diciendo todo aquello, una arcada en un cajero automático, una ambulancia y ella volviendo de entre los muertos.
“algo es privado cuando es tuyo”.
cuando no lo sabe nadie, oscuro como el fondo del lago, inerte como las hojarasca blanda contra la cara, tan frío que quema, tan frío que aturde.
él dijo que ella estaba mal, doblada por la mitad en la alfombra y siguió hablando y contó de las persecuciones y los amores estúpidos y pasados, de otros que eran tú, de otros que eran secretos y públicos y a voces y risibles como tú y yo.
alguien mencionó un nombre y era el mío sin saberlo y de repente fui pública y otra,
un lago seco, no hay imagen más absurda que un lago seco.
(Texto-cuento recuperado de un borrador de Agosto, 2009)