Hay muchas clases de canciones. Están las canciones que escuchas para salir de juerga, las que te pones para cocinar, las que bailas saltando encima de la cama y los placeres culpables. Esas canciones que, teóricamente, deberían darte vergüenza por malas o cursis. Hace mucho, muchísimo tiempo (¡tres años! éramos otros), entrevisté a varias personas para que me confesaran sus canciones culpables. Claro, salió de todo: Malú, Sting, Coldplay…
Pero de todo lo que hablamos, hubo alguien que cambió la manera de entender el concepto inicial. Y fue Roger Roca. Recupero aquí algo que no pude incluir de su entrevista:
«hay muchos tipos de canciones, pero la peor de todas, la verdadera canción culpable es aquella que uno se pone para estar triste, porque evoca momentos que quieres recuperar únicamente para sentirte mal. Es, básicamente un acto masoquista en el que tú desatas el dolor únicamente porque decides, conscientemente, resolverte como víctima. Y eso es un acto culpable, porque la culpa es tuya, claro«.
Después están las canciones que te hacen sentir bien, muy bien, las que evocan lo mejor de todo. Una de las mías es ésta:
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Con toda la inocencia, dedicada a Paula Arantzazu Ruiz y Dani López Valle.
Boneto.
lo que me recuerda: tenemos que ir a bailar.
Shooting hearts around my heart 🙂
No lo has pedido, pero esta es una de las mias
Da para un par de bailes por lo menos.
Shooting stars around my heart 🙂
No lo has pedido, pero aqui tienes la mia
Da para un par de bailes, por lo menos.
Y otra que se me ha ocurrido, porque aquí en las Antípodas hace bastante calor
Y otra que se me ha ocurrido, en esta calurosa tarde de las Antípodas