.
Pretendían escribir un libro sobre nosotros.
Así empieza lo siguiente en este julio extravagante.
las uvas sobre la piel, el viento suave, alguien nos dejaba frambuesas en la puerta de aquella casa vacacional y yo me encerraba en el baño a hablar por teléfono.
He tenido dos casas, veinte pares de zapatos, ochenta facturas, ningún jefe y un puñado de gaviotas en este Madrid dónde las estaciones son estaciones y los pavos solo aparecen una vez al año.
Cosas que ya no hago: beber, vestir de negro, peinarme, fumar, pasear por las zonas de moda, responder al teléfono, disculparme.
Cosas que volveré a hacer: caminar por la playa, escribir, dormir hasta las once, hablar en inglés (es ya tan temprano otra vez).
Los finales felices no son para cobardes. Así termina este julio feliz sin retratos.
Como me gustan tus apuntes, aunque se hagan esperar tanto:)
prometo prodigarme más!
Y yo te lo agradeceré….. 🙂
por lo luminoso, por lo inesperado