Querido, querido mío
No lo entenderán. Nadie lo entenderá.
La vemos ahí, cubierta de cal, tiritando todavía, con las uñas aún pintadas de rojo y él y yo tampoco lo entendemos. ¿Cómo pudo ser? Nos lo decimos desde la madrugada, y nos miramos, incrédulos. Y aún así, ahí está. Es cal pero parece rocío.
Yo intento no fijarme. Vamos a hacer el aperitivo, compramos fruta en el mercado, pero ahí está. Qué quieres que te diga, al final molesta. Resulta cansina, siempre con esas uñitas, implorando.
Querido, hemos vuelto al pueblo. Nos vemos en breve.
Sigue con salud
L.
audio: Bailando (Astrud)